Este fenómeno se da en determinadas zonas de España y de Hispanoamérica y se produce de forma mayoritaria en la lengua española hablada y en menor medida en la escrita.

Los pronombres le, la, lo y sus correspondientes plurales son motivo de dudas y no es raro que se usen impropiamente en lo que se conoce como leísmo, laísmo y loísmo, respectivamente. Es quizá una de las consultas más habituales en la Real Academia Española y en el Diccionario Panhispánico de Dudas, ya que los diferentes usos en las zonas de España (y en los países iberoamericanos) provocan constantes dilemas gramaticales.

Para usar adecuadamente los pronombres átonos de tercera persona lo(s), la(s), le(s) según la norma culta de la lengua española general.  debe tenerse en cuenta, en primer lugar, la función sintáctica que desempeña el pronombre y, en segundo lugar, el género y el número gramatical de la palabra a la que se refiere. 

 

A continuación se ofrece una serie de pautas para su empleo adecuado:
  • En la lengua española, la elección entre un pronombre u otro depende en esencia de que funcione como complemento directo (la/lo) o indirecto (le). No depende de que sea persona, animal o cosa. La principal dificultad es que no siempre resulta fácil determinar el tipo de complemento si este se refiere a persona. pero hay obras como el Diccionario del estudiante, el Salamanca o el Diccionario del español actual que ofrecen esta información, al menos para el directo, y que, por tanto, son una importante guía.
  • Lo se emplea como complemento directo, solo para el caso del masculino: «Lo quisieron mucho (a él)», «El banco lo robaron en enero».
  • La también se emplea para el complemento directo, pero referido al femenino: «La quisieron mucho (a ella)», «La declaración de derechos la realizó el presidente».
  • Le se emplea como complemento indirecto, tanto para el masculino como para el femenino: «Le dijeron (a él o a ella) una mentira», «Le extirparon (a él o a ella) el bazo», «Le echó gasolina al automóvil».
  • No obstante, hay zonas en las que le se emplea también como complemento directo cuando se refiere a personas del sexo masculino y en singular. En este caso específico se admite el leísmo, aunque se recomienda el empleo de lo. De este modo, resultan admisibles «Le alabaron mucho (a él)» y «Le vi por la calle (a él)». pero se desaconsejan «Les». 
Otros puntos…
  • Los verbos usados con los significados que los diccionarios marcan como intransitivos no admiten complemento directo, por lo que en ellos no es posible usar lo/la y será siempre le. Algunos de los verbos intransitivos que mayor confusión producen son los verbos de afección psíquica (afectar, asustar, asombrar, convencer, divertir…), los verbos de influencia (autorizar, ordenar, invitar, permitir…) y los verbos de percepción (ver y oír).
  • Como regla práctica, en verbos como ver, fotografiar, retratar, tocar, limpiar… se emplea lo o la si nos referimos a la persona. pero le si además aludimos a una parte de su cuerpo (o algo que posee) en función de complemento directo: «Lo vi por la calle» frente a «Le vi la mano», «La tocó en la mano» (en la mano es complemento de lugar) frente a «Le tocó la mano».
  • Por otra parte, la regla que se basa en preguntar « ¿a quién?», que se ve en ocasiones en las gramáticas elementales. no sirve para determinar si un complemento es directo o indirecto, sino tan solo si es de persona. Por ello, no debería usarse, pues es fuente de leísmos, como tampoco « ¿para quiénes?», que no siempre funciona.

Puede encontrarse una explicación más detallada, con numerosas particularidades que no caben en una explicación tan resumida, en las entradas laísmo, loísmo y leísmo del Diccionario panhispánico de dudas.

 

Fuente: eldebate.es

 

 


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