El índice ClosinGap sitúa la brecha entre hombres y mujeres en el 36% y calcula que costará 35 años cerrarla al ritmo de avance actual
En España la brecha de género se sitúa en el 35,9%, por lo que conseguir cerrarla aportaría a la economía un incremento de 230.847 millones, es decir, impulsaría un 18,5% el PIB. Así lo revela el índice ClosinGap, un indicador elaborado por la consultora PwC que sigue la evolución de la paridad en cinco categorías: empleo, educación, conciliación, digitalización y salud.
Y es que las mujeres representan el 51,4% de la población en edad de trabajar, pero solo contribuyen al PIB en un 41,5% debido a la mayor tasa de paro y a la mayor parcialidad. Por tanto, la paridad supondría también la creación de 3,2 millones de empleos femeninos a tiempo completo y el aumento promedio de productividad de cada mujer de 1.300 euros, derivado de su traspaso a sectores económicos mejor remunerados como el científico-técnico.
El índice sitúa en el 64,1% el nivel de paridad en España, por lo que la brecha queda en 35,9%, una diferencia que se ha estrechado cuatro puntos desde 2015. Es decir, de mantenerse ese ritmo de mejora, la brecha de género no desaparecerá en España por completo hasta 2055, dentro de 35 años. Esta es la causa por la que la Comisión Europea anunció esta semana que obligará a las empresas de más de 250 empleados a compensar a las víctimas de discriminación salarial. Si se constata una diferencia injustificada de al menos el 5% de sus sueldos, la empresa deberá reevaluar las retribuciones. El objetivo principal es que, al mismo trabajo, mismo sueldo.
La paridad supondría la creación de 3,2 millones de empleos femeninos y el aumento de la productividad
Y es precisamente dentro de la categoría del empleo donde el índice ClosinGap encuentra una brecha superior al 35%, ya que, aunque las mujeres cada vez participan más en el mercado laboral y durante más años, continúan trabajando menos horas y con un menor salario, lo que se refleja a su vez en pensiones más bajas. A esto se añade el denominado ‘techo de cristal’ y la escasa presencia de la mujer en posiciones de liderazgo y toma de decisiones. El informe indica que, si simplemente se equiparase la participación laboral de las mujeres a la de los hombres, el PIB español podría aumentar un 10%.
Los datos del INE muestran que el salario medio de las mujeres fue de 21.000 euros en 2018, frente a los 26.700 euros de los hombres, un 27% más.
La brecha de la conciliación
Pero la categoría donde hay una diferencia mayor entre hombres y mujeres es en la conciliación, donde aún queda una brecha del 56% por cerrar, según los datos de PwC. Esto pone de manifiesto que las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo no remunerado, principalmente tareas del hogar y cuidado de hijos, lo que se traduce en unas tasas de inactividad y parcialidad laboral mucho más elevadas. Pero también hay que destacar que esta es la cuestión que se está estrechando a un mayor ritmo anual (4,4% desde 2015). Si se mantiene esta progresión, la paridad en materia de conciliación total llegará en 2040.
En educación la brecha está en el 32% porque las mujeres acceden más a la universidad que los hombres, pero pocas se decantan por las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), que suelen tener unos sueldos y un nivel de productividad más altos.
Lo mismo ocurre en la categoría de digitalización, donde, aunque no se aprecian diferencias importantes en el uso de las nuevas tecnologías a nivel usuario entre ellos y ellas, el porcentaje de mujeres especializadas en TIC en el mercado laboral es aún muy bajo, con una brecha cercana al 29%.
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