El pasado mes de abril el periódico El País publicó un artículo titulado Efectiva y afectiva. La forma de enseñar español a refugiados.
En él, la profesora Mere Órtiz reflexiona sobre su experiencia como profesora de español con estudiantes refugiados y nos gustaría resaltar alguno de los aspectos que se señalan así como explicar nuestra propia experiencia desde la Oficina Municipal de Inmigración.
En las clases de español que se imparten en la Oficina Municipal este perfil de alumnado ha aumentado.
Por ilustrar con cifras, el año 2022 tuvimos un total de 226 personas solicitantes de asilo y refugio frente a los 143 del año anterior.do considerablemente.
En el curso actual, parece que la tendencia se mantiene, ya que entre enero y abril ya tenemos un total de 72 personas de este perfil. La mayoría son mujeres y en la actualidad, el 50% por ciento son de origen ucraniano. El resto del alumnado solicitante de asilo y refugio son de otros países (Alfaganistán, Haiti, Irán, Nigeria, Siria, Yemen, Costa de Marfil, entre otros).
Estos estudiantes se incorporan a los cursos estándar de español que se ofrecen en la Oficina Municipal de Inmigración, donde somos muy conscientes de las sensibilidades de este colectivo. Coincidimos plenamente con las observaciones que se realizan en el artículo sobre la importancia de contar con profesores profesionales que tengan la formación y la experiencia necesaria para gestionar las particularidades de este colectivo.
Es necesario crear un espacio seguro y citando literalmente a Mere Ortiz:
“Hay que ser capaces de resolver malentendidos culturales y aprovechar las clases para desestigmatizar y convertir su motivo de persecución en orgullo”.
Otro aspecto a destacar de este perfil, y en el caso de nuestra oficina es así para todo el alumnado, es la necesidad de aprender el idioma de una forma rápida, favoreciendo la oralidad y priorizando los contenidos que se ajusten a sus primeras necesidades en el país. Entre el alumnado de la oficinas, hay estudiantes con otras situaciones administrativas que también tienen esta urgencia de aprendizaje para poder integrarse en el país lo antes posible y resolver sus trámites y gestiones básicas. Nuestros cursos de nivel inicial (A1 según el Marco Común Europeo de Referencia) tienen una duración aproximada de 3 meses (alrededor de 50 horas de formación). Hemos aumentado la duración de estos cursos iniciales con respecto a años anteriores que eran de dos meses. Desde la Oficina se priorizan los niveles iniciales y de esta forma garantizamos un mínimo de horas de formación básica.
Por último, también queríamos señalar que como se indica en el artículo, la dificultad para conciliar familia, trabajo y aprendizaje del español, hace que la continuidad del alumnado no sea siempre fácil. Por ello es deseable que haya una oferta amplia en horarios y niveles, siempre insistiendo en la necesidad de ofrecer clases de calidad a este alumnado. Consideramos que de todos los contextos educativos de enseñanza de español, este es uno de los más complejos y cuyo alumnado más lo necesita, por lo cual, lo lógico es que el profesorado tenga una preparación acorde a esta dificultad y a la importancia de esta formación, ya que el futuro de estas personas depende de una forma importante de su adquisición de la lengua del país de acogida.