En el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer no se conmemora, SE REIVINDICA. Se reivindica, que la situación social de las mujeres, de todas las mujeres, sigue estando escalones por debajo.
También, se reivindica que estamos aquí, y que NO sé va abandonar el camino hacia la igualdad real. Se reivindica y se recuerda a las mujeres que lo hicieron antes, a las pioneras, a todas las que no salen en las noticias, en los libros de historia o en los museos solo por el mero hecho de ser mujeres.
El feminismo es el motor que mueve todas las reivindicaciones durante este día, que es necesario, que visibiliza. El feminismo guía la reivindicación continua y rescata a las mujeres invisibles, a las que quedan en todos los márgenes de la sociedad y de la política. A las mujeres migrantes, las mujeres y las infancias LGTBIQ+ , a las mujeres víctimas de violencia de género, a las niñas. Los cuerpos de las mujeres, de todas las mujeres, son de las mujeres. Son sus proyectos vitales, sus historias, sus sentimientos son de las mujeres.
En el 8M: Contamos todas
Sin duda alguna, las mujeres migrantes forman parte del tejido social, trabajan, cuidan, crían, educan, se forman, pagan impuestos, emprenden… Pero sufren múltiples discriminaciones, por ser mujer, por ser migrante. Los derechos de las mujeres migrantes son derechos humanos.
Visibilizar las consecuencias de la violencia estructural de las situaciones de vulnerabilidad, en este 8M, posibilitará con el esfuerzo de todas, que sigamos denunciando y reivindicando, y que, contando con la voz de todas, se sigan produciendo cambios.
¿Qué es ser una mujer migrante?
Una mujer migrante es una mujer que ha dejado su lugar de origen para trasladarse a otro lugar, con el fin de buscar mejores oportunidades económicas, educativas o sociales. Este proceso de migración puede ser voluntario o involuntario, y puede ser causado por una variedad de razones, como la búsqueda de trabajo, la reunificación familiar, el escape de conflictos armados, la persecución política o la búsqueda de una vida mejor.
Migración y género.
Es por ello que la migración de las mujeres puede tener implicaciones únicas debido a su género y a las desigualdades de género existentes en las sociedades de origen y destino. Además, las mujeres migrantes a menudo enfrentan desafíos específicos y riesgos que pueden incluir discriminación, violencia, explotación y abuso. Por lo tanto, es importante reconocer y abordar las necesidades y derechos específicos de las mujeres migrantes para garantizar que tengan acceso a oportunidades justas y seguras en su nuevo hogar.
¿En qué medidas se trabaja en nuestra entidad?
Actualmente, hay varias medidas que se trabajan para diluir los obstáculos específicos que enfrentan las mujeres migrantes.
- Garantizar el acceso a servicios básicos: Desde las oficinas las mujeres migrantes pueden enfrentar barreras para acceder a servicios básicos como la atención médica, la educación y el empleo. Es importante garantizar que estos servicios estén disponibles y accesibles.
- Combatir la discriminación: Las mujeres migrantes a menudo enfrentan discriminación en el acceso al empleo. Es necesario abordar la discriminación en todas sus formas para garantizar que las mujeres migrantes tengan acceso a las mismas oportunidades que los demás.
- Proteger contra la violencia y la explotación: Las mujeres migrantes son especialmente vulnerables a la violencia y la explotación, incluyendo la violencia de género y el tráfico humano. Desde nuestra entidad tomamos medidas de sensibilización y acción, para proteger a las mujeres migrantes y garantizar que se respeten sus derechos humanos.
En resumen, proporcionamos recursos y apoyo para ayudarlas a integrarse en su nueva comunidad.