No sé si os habéis parado a pensar por qué si trabajamos los viernes y descansamos los domingos, preferimos los viernes.
El ser humano es extraño, cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre nos dicen, sin embargo, nuestro cerebro funciona de una forma muy similar. Estamos preparados para solucionar todo tipo de problemas. Cuando percibimos una situación como amenazante, generamos una serie de ideas. Esas ideas nos suelen llevar a soluciones, lo que sin duda refuerza esta conducta y aprendemos a anticiparnos a las situaciones amenazantes.
¿Por qué nos gustan más los viernes?
El viernes es un día de trabajo, madrugas y afrontas tu jornada laboral como cualquier otro día de la semana ¿Entonces por qué nos gusta más ese día? El cerebro considera solucionado el conflicto, está viviendo en el posible futuro. Mañana no hay que trabajar, mañana descanso. Habría que pensar qué pasaría si mañana surge un imprevisto y no nos permite disfrutar de ese descanso. Habríamos estado viviendo una realidad que no existe.
En el caso del domingo, las consecuencias de vivir en el próximo día de trabajo, representan no poder disfrutar plenamente del día de descanso. Cuantos domingos por la tarde nuestro estado de ánimo es más gris impidiéndonos disfrutar de ese tiempo libre.
Ese vivir en el momento presente, es algo muy propio de la infancia. Esos largos días de verano que en la edad adulta pasan casi en un parpadeo. Pasamos el tiempo pensando en qué ocurrirá después. Así que, solucionamos miles de problemas ficticios que jamás existirán, gastando la energía innecesaria.
Disfrutar realmente del descanso, nos lleva a poder afrontar nuestro trabajo con mayor capacidad de resolución de problemas y creatividad. Así que, te invito a disfrutar plenamente de este momento y como no, de ese próximo domingo haciéndolo muy especial.
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